miércoles, 30 de junio de 2010

ROTISERIA Y RESTAURANTE MIRAMAR - HERNANDO HARB















ROTISERIA Y RESTAURANTE MIRAMAR

San Juan 1999 - Ciudad Autonoma de Buenos Aires


Abre de martes a domingos. Su fachada en la esquina de San Juan y Sarandí forma parte del paisaje del barrio. La Rotisería Miramar (como la conocen los entendidos) atiende desde 1951. La barra querible y esa escenografía de bodegón de antaño acentúan el inconfundible encanto con el que la promocionan los motivados comensales que desfilaron (y retornan) a degustar su menú y el calor que desprenden sus objetos que el transcurrir del tiempo trasplanta. Todo posee los secretos de la sencillez (no confundir con la rutina de la simpleza), que surgen hasta de los detalles menos visibles, pero intuidos sobre todo cuando alguien descorre el telón de la historia del local.

Antes de restorán fue una sastrería, concurrida por famosos que se probaban típicos gorros frente a espejos que guardan sus imágenes: como que se asoma la sonrisa de Carlitos Gardel luciendo su “pinta iconográfica”. O la (aparente) parsimonia de Leopoldo Marechal, quien al verse reflejado quién le dice que no pensó en el título de su clásico El banquete de Severo Arcángelo. La alquimia del paso de los años todo lo hace posible.

El gentil Marcelo Castellana, gerente del lugar que acogió a atesorables inmigrantes españoles, es el hombre de elegante fraseo que aconseja una elección para degustar entre las recomendaciones brindadas por una profusa carta.

Como entrada, a no dudarlo y sin prejuicios gastronómicos, la emblemática tortilla a la española, un placer difícil de sortear.

Plato principal: el “clásico de olla” como lo denomina el amable Castellana: mondongo a la española, cuyo preparado es un perfumado enigma.

Como postre: marche un “un vigilante”. Queso y dulce de primera. (hay una opción: las natillas inconfundibles de Miramar.

Para hacer reservas hay que llamar al 4304-4261. Y es posible que en la mesa vecina descubra alguna presencia de reconocido prestigio. Una concurrente asidua es la nieta del autor de Adán Buenosayres. Lo que se convierte en un encanto adicional a un almuerzo o una comida para recordar.

Una recomendación: el aromático Norton Malbec Doc, un invitado ideal para un momento diferente en esta porteña Buenos Aires, habitada por ancestros que susurran bellos versos a convidados atentos a ceremoniales precisos de una ciudad que renace de diversas maneras. Una es concurriendo a la esquina de San Juan y Sarandí.

Para agendar.

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