RESTAURANTE LALO DE BUENOS AIRES - Hernando Harb

LALO DE BUENOS AIRES

Montevideo 353 - Ciudad Autonoma de Buenos Aires

Lo explica a la perfección uno de los mozos, Rubén Soriano. Quien reúne mesura y cordialidad en su atención: “Este lugar es como un moderno bodegón que los genoveses dispuestos a ‘hacer la América’ abrieron casi a mediados del siglo pasado”. Y es así nomás: basta escuchar la música porteña que acaricia el alma de los comensales que ingresan a este restorán con mesitas cubiertas de papel y los entendidos preguntan antes de elegir el menú qué corte de carne le gusta.

Pero Serrano es todo un entendido en satisfacer al que ingrese a “lo de Lalo”, un local especializado en cocina porteña que atiende de lunes a domingo en los horarios de 12 a 16.30 (“pasaditas”) y de 19 a 3 (si es posible en punta, claro, a veces la gente de noche hace largas sobremesas”).

El menú recomendado por el am(f)able Rubén se inicia con una entrada de jamón crudo, cuatro gruesas fetas adornadas al gusto de uno con un pan crocante y tierno o galletitas tostaditas.

El plato principal lo deja a una dificilísima elección: un bife de chorizo (una verdadera manteca) con sus fieles papas fritas o su ensalada mixta rociada con aceite de oliva de primera, o ravioles negros de salmón . El interrogante no se hace esperar: “¿Por qué lo de negros?”. La respuesta inmediata es:”Están bañados con tinta de calamares”.

El postre por supuesto una tulipa de mascarpone con frutos rojos.

Toda una sabía elección la de Rubén Soriano confirmada con la recomendación del vino: Trampeter Malbec (“Les gusta a las señores y a los señores por igual”, asevera, y no se equivoca.

Por supuesto, el atento mozo nos acompaña hasta la puerta y nos despide con un “No creo que no nos dejemos de ver. La gente de Lalo para servirlo”.

Lalo de Buenos Aires está en Montevideo 353. Acepta todas las tarjetas. Las reservas, en especial los fines de semana y los feriados se hacen al 4373-9696. El precio por persona es de $90. “Depende del vino que se elija”, aclara nuestro ya amigo Rubén.