jueves, 9 de septiembre de 2010

OSAKA YUKU - Hernando Harb











OSAKA YUKU

Costa Rica 551 - Ciudad Autonoma de Buenos Aires


Es un local particularísimo, diríamos poco común en esta Buenos Aires que no nos deja de asombrar en todos los órdenes del vivir a toda hora.

Atiende de martes a domingo en el horario de 12 a 16 y de 19 a 23. “En realidad, la gente la pasa tan bien que se van hasta un par de horas pasada la medianoche”, comunica con una anchísima sonrisa -a la que calificaríamos de peruana- César Casas, un simpático mozo al que no dudamos en decir que es un notable publicista del restorán dirigido por el atento y elegante seño Elmer García, oriundo de la ciudad limeña.

El lugar es producto de una sociedad peruano-oriental, de esta manera se explica la variedad que el menú ofrece con una acertada distinción entre los platos y un particular modo de saberlos combinar. La lista de propuestas culinarias es real; consiste en una mezcla de elementos gastronómicos auténticamente peruanos cuya cocción abreva en las costumbres tailandesas, chicas y japonesas.

Lo primero que el gentil César es, con una pícaro atisbo de risa casi calcada del talentoso locutor recientemente fallecido Hugo Guerrero Marthineitz, nos aconseja es el vino que “debemos”pedir: “Uno de corte -nos enseña-, el Clos de los Siete, de Malbec”. Comprobamos que, como era de prever, no se equivocaba.

Nos conduce por el sendero de la gastronomía con un esmero digno de admiración. “Señores míos, como plato está una tapa. La ideal es la de langostinos. Preguntamos qué contiene, e insinúa:”Está hecha con salsa de maracuyá, son maní y unos morrones que embellecen el plato”. La pregunta caía de madura: qué es el maracuyá. La explicación: “Un fruto tropical, dulce, que traemos de los países donde el calor aprieta, aunque también lo conseguimos en Corrientes, pero tiene otro sabor, igualmente rico pero un poquito diferente”.

A comer se ha dicho. El pan es sabroso y necesario para esta entrada. Luego viene la elección central. Ni a titubear ordena el inquieto servidor del buen comer: “Wok de langostinos”, que vendría a prolongar el prólogo del menú, es más lo potencia. Y regado con el vino mejor no seguir ponderando, las palabras huelgan.

El postre nos despierta más la curiosidad: “Un chiké de maracuyá adornado con frutos seleccionados peruanos”. Insistimos en el mencionado fruto y César no se hace regar y despliega con humor su repertorio: “Es el fruto conocido como el de la pasión”. Indagamos por el último de los vocablos e insinuamos si tiene que ver algo con lo erótico. “Pues ni más ni menos. Digamos que algo así”, arriesga muy medido en la explicación.

Después de varios sorbos del delicioso vino indagamos acerca de otros platos, y así nos enteramos que hay un lomo acholado digno de saborearse en la próxima visita y en los postres hay una selección de cremas heladas que va a ser difícil que un restaurante argentina les gane en una competencia para saber cuál postre es más delicioso.

Nos retiramos del excelente lugar, situado en Costa Rica 5511, con la aclaración indispensable de que las reservas y los pedidos [hay delivery en un área que incluye Palermo, Recoleta y Belgrano] deben realizarse al teléfono (011) 4878.5101.

Y nos vamos no sin darle nuestros saludos al señor Elmer García, quien acertado nos aconseja que la próxima visita la iniciemos “pasando” por la barra de sushi y degustemos “su cocina al wok.


NOTA: Se aceptan todas las tarjetas. El gasto por persona es de casi $150 (si incluimos un buen vino).

Hay custodios de civil para tranquilidad del singular restaurante que engalana nuestra ciudad.

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