jueves, 9 de septiembre de 2010

LAURAK BAT - Hernando Harb














LAURAK BAT

Un Centro Vasco con simbología propia

Belgrano 1144 - Ciudad Autonoma de Buenos Aires


En el centro del hermoso salón de este Centro Vasco -sito en la avenida Belgrano 1144- se destaca un mítico retoño de Gernika, el auténtico símbolo de las libertades vascas. Así nos explica Emiliano Roldán, todo un señor responsable de que en este restorán se sirva la cocina vasca española de la mejor calidad.

El retoño asciende a las alturas como para llegar hasta el cielo mismo, completando así una parábola fácilmente descifrable, lo que constituye un atractivo imperdible para este lugar que atiende de lunes a jueves de 12 a 15.30 y de 20 hasta pasada la medianoche; los viernes y sábado el horario se amplía un poco, el servicio es de 12 a 15.30 y de 20 a 1.

Consultado por un menú representativo de este sitio elegante y de atención inmejorable, un cordial mozo nos sirve de consejero en medio de una clientela agradable, entre los que se distinguen los habitués que garantizan el buen comer.

Como plato de entrada es superrecomendable el pimiento de piquillo, un pimiento relleno de abadejo y merluza. Una introducción tan grata como el perfume de las flores que decoran hasta las calles de la Madre Patria.

El plato principal es “cantado”: arroz con centolla, al que hay que regar con cualquiera de los vinos blancos que la vastísima carta ofrece.

El postre: pues pastel vasco, que se sirve en cazuelitas y que contiene galletitas crocantes, crema pastelera con almendras finamente picadas, todo rociado al rhum (con el fuego exacto como para aromatizar) y un bollo de crema.

Como expresó el amable señor Roldán: “Estamos para ofrecer lo mejor de nosotros, y para el disfrutar de una buen almuerzo o una cena destacada forma parte del objetivo central de Laurak Bat”.

En materia de bebida la elección corre por cuenta del comensal, quien puede seleccionar su preferencia en una recopilación de bebidas detalladas por las mejores bodegas del país. Compruébelo.

Un detalle digno de considerar: hay estacionamiento propio.

Se aceptan todas las tarjetas. El gasto por persona es de $90.

La cuestión es que al retirarse del lugar uno no deja después de la sobremesa de levantar la copa y hacer un brindis por las libertades vascas, las que el roble se eleva como un mito detrás de unos vidrios protectores para embellecer la vista y fortalecer el corazón del asistente.

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